PERRERAS vs. PROTECTORAS

PERRERAS

 

Las perreras municipales son habitualmente gestionadas por empresas  a las que los Ayuntamientos contratan, (en muchas ocasiones sin reunir o respetar los requisitos y condiciones necesarias), para cumplir con la obligación que la ley les impone, de recoger los animales abandonados, son por tanto negocios lucrativos.

 

El procedimiento una vez recogido el animal es simple, comprueban si tiene microchip y en caso de que así sea, se pondrán en contacto con el dueño por si desea recuperarlo.

 

Si el perro carece de microchip, no se localizase al dueño o este no pasase a retirarlo, podrá ser sacrificado a partir del día veintiuno desde su entrada en la perrera (muchas perreras incumplen sistemáticamente este plazo y sacrifican a los perros antes de los veintiún días)

 

Tratándose de un negocio lucrativo, necesitan el espacio para recoger muchos perros y así generar nuevos ingresos.

 

Durante el tiempo que permanece en la perrera, el perro vive en condiciones insalubres  y precarias, con escaso alimento y agua, habitualmente hacinados en estancias pequeñas y sucias, con escasas o nulas atenciones veterinarias, sin paseos ni ejercicio.  

 

 PROTECTORAS

 

Las protectoras, son asociaciones sin ánimo de lucro y el dinero que se pueda obtener mediante sus propias actividades, socios, donaciones o subvenciones, se utiliza para atender a los animales recogidos y para la manutención sus instalaciones.

 

Las protectoras de animales no sacrifican a los perros y un animal que no sea adoptado vivirá en sus instalaciones hasta el final de sus días.

 

Se esteriliza para evitar la proliferación de más perros abandonados y se trabaja en la concienciación de las personas, cada adopción significa un nuevo hogar para un perro dejando libre un nuevo espacio en las instalaciones para poder acoger a otro.

 

Las protectoras son gestionadas habitualmente por voluntarios, que teniendo su propia profesión y trabajo, dedican parte de su tiempo libre y de manera totalmente altruista a ayudar al cuidado de los perros y al mantenimiento de las instalaciones para que estén en condiciones apropiadas de higiene y seguridad para los perros.

 

Durante el tiempo que un perro permanece en la protectora, tiene atención veterinaria, alimento y agua suficientes para su subsistencia recibiendo cuidados y paseos más o menos periódicos diariamente.

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